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miércoles, 21 de abril de 2010

Las elecciones: entre mitos y encuestas

Por: Luis Carvajal Basto
Las encuestas de Ipsos  y  del CNC reflejan que en este momento  y de acuerdo con ellas, tendríamos segunda vuelta. Pero ni los políticos ni la opinión permanecerán estáticos hasta el 30 de Mayo.
Varios “mitos urbanos” fueron “derrotados” por estas encuestas. El primero de ellos, poco comentado, el que afirmaba que “en las presidenciales van a participar los 30 millones de colombianos del Censo electoral”, de acuerdo con un reconocido Periodista, quien añadía que “los 17 millones de nuevos votantes lo harían por Mockus”. En contrario, las encuestas coinciden en que tendremos incremento en la participación, pero no tanto (esa intención subió solo tres puntos en el último mes) y será “repartidita” entre los candidatos.

El segundo, que  solo Noemí tendría la llave de Palacio, de mantenerse la situación actual. Las encuestas muestran que de ocurrir esto, sus votos se dividirían 50% y 50% entre Santos y Mockus. Los votos de este, en cambio, muestran mayor dispersión en caso de no ir a segunda vuelta.

El tercer mito se refiere a la creencia según la cual Mockus representa a los “pobres” y Santos a los “ricos”. Las encuestas muestran todo lo contrario. El actual fortín electoral de Santos son los estratos bajos y el de Mockus los altos.

El cuarto mito tiene que ver con que “el partido de los ex Alcaldes arrasa en Bogotá”. Las encuestas demuestran que, por el contrario, Santos gana en la capital siendo Mockus fuerte en departamentos como Boyacá, cuna de los verdes, y la región paisa en que el “endoso” de Fajardo funciona y sus competidores parecen estaticos.

Mockus puede ser un candidato votado  y su alianza generó un hecho político, pero no es uno Nacional. Pierde en ambas costas y por demolición. No le conocen. ¿Puede alguien ganar así la presidencia?

Entre tanto, si la anterior fue la semana de Mockus, la campaña de Santos pareció “sorprendida” por los hechos, contrario a las de Uribe quien “imponía” la agenda de que se ocupaban los medios y la opinión. Después del Parkinson, los temas de la agenda pública han sido las chuzadas y el “efecto” Arias (¿A quién le suma y a quien le resta?), dejando, por ejemplo, pasar casi desapercibida la visita del secretario Gates. En el mismo nivel de conformidad se movió el Polo en que la adhesión de Carlos Gaviria (dos millones largos de  desaparecidos votos  en las presidenciales pasadas) pasó como si tal.

La estrategia de continuidad en la campaña de Santos parece confundirse con tranquilidad o inmovilismo, jugando sus principales cartas a adhesiones parlamentarias y abriendo camino a una falsa y peligrosa polarización entre una candidatura de políticos y otra de opinión, olvidando que las Presidencias de Uribe (quien sigue marcando más de 70%) encontraron su más importante arraigo en las ciudades capitales, en el voto  llamado independiente.

Si el optimismo de muchos neo Mockusianos, confrontado con la radiografía de la opinión que son las encuestas, se revela exagerado, no menos se puede decir del que no transmiten quienes creen que solo con adhesiones políticas y el impulso de Uribe, ganaran la elección.

En una eventual segunda vuelta  no parece probable que un  nuevo político,  ya “viejo”, como Mockus, pueda hacer mayorías en la Colombia de hoy con el discurso “anti”; pero tampoco que mejore la situación electoral de Santos si se deja enclaustrar y por el contrario  da la impresión  de que sus mayorías dependen de adhesiones de políticos típicos y de ñapa quemados. ¿Seducirán uno y otro, así, al 11% de decisivos indecisos?


  • Luis Carvajal Basto

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