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jueves, 29 de abril de 2010

El ataque a Raúl Reyes

Por Rafael Nieto Loaiza
El detonante fue la pregunta a los candidatos sobre si bombardearían campamentos de la guerrilla en Venezuela, en una acción similar a la realizada contra Reyes en territorio ecuatoriano.
 Chávez se vino contra Santos, aunque el candidato de la U, con razón, dijo que sería una “irresponsabilidad” responder en un sentido u otro. El Teniente Coronel y Correa consideran a Santos una “amenaza” y ambos advirtieron que, ahora sí, atacarían militarmente a Colombia. En Ecuador, el Fiscal pidió incluir la declaraciones del ex ministro de Defensa en el proceso que allá se sigue en su contra. Es previsible que la Corte de Sucumbíos decida no revocar la orden de prisión contra Santos, por su “autoría intelectual”, y contra la cúpula militar colombiana, por “ejecutar” la operación contra Reyes.

 En un gesto que lo enaltece, el único candidato que salió en defensa de Santos fue Petro. Los demás hicieron mutis. Los que sí no callaron fueron los columnistas alineados con Mockus. Han pretendido trazar una línea entre Santos y el ex alcalde alegando que Antanas sí respeta la ley y el derecho y que el caso muestra de la diferencia de talante entre uno y otro. “El fin no justifica los medios”, agregan, insinuando que Juan Manuel está dispuesto a todo para conseguir lo que quiere. Curioso, dado que quien recurre a cualquier cosa para llamar la atención es el ex alcalde.
 Como sea, el asunto de fondo está lejos del blanco y negro en que ven el mundo. Lo digo porque no es posible afirmar sin duda que en el bombardeo a Reyes se violó el derecho internacional. De hecho, hay resoluciones de Naciones Unidas, mírese la 1373, que aceptan la legítima defensa frente al terrorismo internacional y que encuentran legítimas las operaciones militares en territorio extranjero en respuesta y prevención de ataques terroristas cometidos desde dicho espacio con tolerancia y apoyo de su gobierno.
 No sobra recordar a los que se rasgan las vestiduras algunas de las obligaciones estatales contra el terrorismo: “abstenerse de proporcionar todo tipo de apoyo, activo o pasivo, a quienes participen en la comisión de actos de terrorismo; adoptar las medidas necesarias para prevenir la comisión de actos de terrorismo, en particular advirtiendo de ello cuanto antes a otros Estados mediante el intercambio de información; denegar cobijo a quienes financian, planifican o cometen actos de terrorismo; impedir que quienes financian, planifican, facilitan o cometen actos de terrorismo utilicen su territorio para esos fines, contra otros Estados o sus ciudadanos; intensificar y agilizar el intercambio de información operacional en relación con las actividades o movimientos de terroristas; cooperar en las esferas administrativa y judicial para impedir la comisión de actos de terrorismo; cooperar mediante acuerdos y convenciones bilaterales y multilaterales, para prevenir y reprimir los ataques terroristas, y adoptar medidas contra quienes cometan actos de esa índole”.
 ¿Alguien recordará que Ecuador estaba incumpliendo todas y cada una de estas obligaciones internacionales, que el Ministro de Gobierno y el Viceministro de ese país tenía acuerdos con Reyes y que el gobierno de Ecuador estaba en negociaciones con las Farc para “posicionar” internacionalmente a Correa vía “intercambio humanitario”?  
 Santos tiene razón cuando afirmó sentirse “orgulloso” de haber atacado a Reyes. Que sean otros quienes se avergüencen.

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